Daniel Goleman
Antes de la llegada abrupta de la era digital, a la hora de cursar la Diplomatura en Mk & Publicidad (1997-2000) tuve la oportunidad de leer el libro dónde Goleman habla sobre la inteligencia emocional en cuanto a las habilidades (ante la capacidad de autocontrol, el entusiasmo, la empatía, la perseverancia y la capacidad para motivarse a uno mismo) como herramienta para analizar o comprender la productividad laboral dentro del sector empresa. “El liderazgo no tiene que ver con el control de los demás sino con el arte de persuadirles para colaborar en la construcción de un objetivo común”.
En 1920 Edward L. Thorndike utilizó el término (el cuál podríamos definir como la capacidad que tenemos para gestionar, comprender o manejar nuestras propias emociones) para describir la habilidad de comprender y motivar a otras personas. Son muchos los que estudiaron la inteligencia (e intelecto) emocional, pero fue Goleman con sus tesis, artículos académicos (1977) y finalmente con su libro “Inteligencia Emocional” (editorial Kairós, 1995)quién popularizó el término en 1996.
Desde su primera edición se convirtió en un un “best seller” de ventas y libro de referencia en varios sectores profesionales, 24 años después sigue estando de rabiosa actualidad.
Goleman expone que el cerebro está dividido en dos mentes que forman el pensamiento, el cerebro racional (el que piensa) y el cerebro emocional (el que siente), las cuáles interactúan para construir nuestra vida mental. Como el emocional funciona como un programa de reacción automática, lo considera más rápido (impulsivo y real) que el racional.
Durante el programa “Aprendemos Juntos” de BBVA habló de la importancia de la tarea de concentrarse y enseñar a los niños a prestar atención “Saber concentrarse es más decisivo para un niño que su coeficiente intelectual”.